
Mi incursión en el mundo editorial fue gracias a Felicitas Rebaque. Gracias a ella hice las ilustraciones para un libro que escribió que se llamaba El Espantapajarón.
Fue muy interesante conocer cómo funciona este mundo y como primer acercamiento a la ilustración estuvo muy muy bien.
Gracias a la ilustración he encontrado una manera de poder expresar cómo me siento, a veces incluso sin saber lo que me ronda por la cabeza cuando he acabado el dibujo aparte de sentir más alivio digamos que tengo más claras las cosas.

Cuando trabajé en el Palacio de Exposiciones y Congresos de mi ciudad, creaba contenido mediante las diferentes noticias y eventos, y también mediante ilustraciones.